ESMALTE A FUEGO

Técnica milenaria que se aplica de manera artesanal en ornamentos o confines artístico pictóricos y es normalmente aplicada sobre soportes metálicos ferrosos y no ferrosos, metales semipreciosos, cerámica, vidrio donde adquiere su mayor virtuosismo.
Un cristal de muchas cálidas y que ha sido molido muy, muy fino es el punto de partida para los trabajos de esmaltado al fuego. Después de ser cuidadosamente lavado para evitar las impurezas de su molienda, se aplica mezclado con agua destilada, realizando a continuación, diferentes capas sobre los diferentes soportes, en función del diseño, para que pueda fundirse en temperaturas que oscilan entre 750°C y 880°C, en función del color del vidrio que se está trabajando.